UNA MADRE
tus primeras caricias, madre mia,
que desde niña, alegre me ofrecistes
en el cofre de amor guardo porfia
aquel ramo de besos que me distes.
adoro en mi soberbia lejania.
esos dulces consejos que trajistes.
adoro la altivez y osadia
de todos los regaños que me hicistes.
adoro en ti la virginal pureza,
la dulce suavidad de los jazmines
y la sola esperanza de mis gritos.
eres la encarcacion de la belleza,
el perfume de todos los jardines
y la cancion de DIOS al infinito
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